Imagina que una empresa afirma que sus productos son súper amigables con el medio ambiente, pero en realidad no lo son. A esto se le llama “greenwashing”. Un ejemplo de esto son los vasos que dicen ser biodegradables, pero que en realidad contienen plástico, o cuando los productos están etiquetados como “reciclables” pero no existe un programa de reciclaje efectivo, y terminan como basura.

¿Por qué es un problema?
El greenwashing engaña a las personas que buscan consumir productos ambientalmente responsables. Muchas veces, las empresas lo hacen para vender más productos, posicionarse en el mercado, o simplemente para no “quedarse atrás” de su competencia. Pero al final, no están ayudando realmente o lo hacen de manera superficial, dejando un impacto mínimo.
¿Cómo podemos evitarlo?
¿Cómo podemos ayudar como sociedad?
En Comunal, buscamos que tus proyectos maximicen su impacto y que los resultados puedan ser medibles, trazables y transparentes. Juntos, podemos cuidar nuestro planeta de verdad.
Para las empresas, no solo debería ser una exigencia competitiva, sino también un medio de contribuir a crear un mundo mejor. La responsabilidad ambiental debe ser una prioridad genuina y no solo una estrategia de marketing.
